Probablemente el cobre es el metal que ha utilizado la humanidad por más tiempo, de hecho se han encontrado objetos del 8.700 a.C. Este metal se utiliza todavía con gran frecuencia por grandes chefs, ya que logra garantizar la calidad en la cocina.
El cobre transmite el calor mejor que cualquier otro material y permite que se distribuya uniformemente en todo el recipiente, evitando las molestas quemaduras que perjudican la salud.
El cobre garantiza calidad porque se puede cocinar a fuego lento. Esto garantiza una cocción homogénea y de este modo se logran conservar las propiedades nutritivas y el sabor original de los alimentos. Además se ahorra mucho, basta pensar al tiempo que se necesita para preparar algunos platillos como los asados, el famoso risotto italiano o las sopas.
El cobre garantiza que los utensilios sean prácticamente eternos y mantiene intactas sus propiedades, garantizando una cocina de calidad.
En Ravina, en la región de Trento, por iniciativa de una empresa de calidad – Navarina – existe el museo más grande de cobre de Europa: una colección única y extraordinaria de casi 3000 artefactos de cobre, que garantizan la reconstrucción de la historia de este producto y de su uso en la cocina, desde el mil quinientos hasta la segunda guerra mundial.
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